Antes de profundizar en los elementos que conducen al éxito, resulta necesario aclarar los
conceptos esenciales vinculados a la conducción y gestión de iniciativas colectivas. En
términos generales, la gobernanza alude al conjunto de normas, lineamientos, procesos y
estructuras que permiten a una organización, empresa o grupo dirigir y controlar sus
acciones, garantizando transparencia, rendición de cuentas, participación activa y
coherencia con los objetivos estratégicos. Representa, en definitiva, los mecanismos a través
de los cuales se toman decisiones compartidas y se establece el rumbo a seguir.La gobernabilidad, en cambio, hace referencia a la capacidad efectiva de una organización o
sistema para llevar a la práctica esas decisiones, administrando los recursos de manera
adecuada, resolviendo conflictos y asegurando que la gestión cotidiana se desarrolle en
concordancia con los principios definidos por la gobernanza. Incluye la eficiencia
administrativa, la coordinación entre actores y la disposición para ajustarse a los cambios y
desafíos que emergen en el proceso de ejecución.En el ámbito de los proyectos, la gobernanza adquiere un matiz particular: se trata del
diseño y aplicación de políticas, estructuras y procesos que orientan el desarrollo de cada
iniciativa, desde la fase de planificación hasta el cierre, con la finalidad de garantizar la
alineación con la estrategia institucional, el uso responsable de recursos y el cumplimiento
de los objetivos previstos. La gobernabilidad en proyectos, por su parte, se centra en la
capacidad operativa de ejecutar lo planificado, asegurando el cumplimiento de estándares,
buenas prácticas y la correcta gestión de equipos y recursos, de modo que el proyecto
avance conforme a lo acordado y alcance los resultados esperados.Ambos conceptos —gobernanza y gobernabilidad— son determinantes para el éxito de la
gestión de proyectos. Funcionan como pilares que permiten orientar, coordinar y
supervisar las iniciativas, posibilitando el logro de los objetivos planteados. La gobernanza
se encarga de estructurar los procesos, definir políticas y organizar el marco de actuación
desde el inicio hasta la conclusión del proyecto, velando porque todo se mantenga en
coherencia con la estrategia institucional y las expectativas de los interesados. La
gobernabilidad, en contraste, se ocupa de la ejecución práctica, garantizando que las
actividades se realicen de manera eficiente, conforme a las reglas establecidas y aplicando
estándares reconocidos en la disciplina.Para que ambos funcionen de forma adecuada, es indispensable implementar medidas que
incluyan la organización interna, la gestión y la ejecución de los procesos. Esto requiere una
definición clara de la estructura organizativa y de los roles y responsabilidades de cada
integrante, así como la formulación de políticas alineadas con la estrategia institucional. De
igual manera, debe promoverse la participación activa de los actores clave en la toma de
decisiones y asegurarse de que existan mecanismos sólidos de control y monitoreo, apoyados en auditorías y evaluaciones periódicas que midan la efectividad de la gobernanza
y permitan detectar áreas de mejora continua.Para garantizar el buen funcionamiento de la gobernanza y la gobernabilidad en los
proyectos, resulta esencial la conformación de comités de seguimiento con representantes
de las distintas áreas, el establecimiento de canales de comunicación fluidos y la
documentación transparente de las decisiones mediante actas y registros accesibles.
Asimismo, la implementación de indicadores de desempeño y herramientas de gestión de
riesgos favorece el seguimiento del progreso y la anticipación de posibles obstáculos.
Finalmente, la capacitación constante de los equipos y la revisión sistemática de los
procesos contribuyen a fortalecer la capacidad de adaptación y a asegurar que los proyectos
cumplan con los objetivos estratégicos previstos. Estas acciones, articuladas en conjunto,
refuerzan la transparencia, la coordinación y la capacidad de respuesta frente a los retos
que puedan presentarse durante todo el ciclo de vida del proyecto.
Escrito por Manuel Benítez Codas